Creemos que las Escrituras del Antiguo y Nuevo Testamento son la Palabra inspirada de Dios, infalible en sus escritos originales, completa como revelación de la voluntad de Dios para la salvación y la autoridad suprema y final en la fe y la vida. (2 Tim. 3:16-17; 2 Ped. 1:19-21)

Creemos en un solo Dios, que existe eternamente en tres personas: Padre, Hijo y Espíritu Santo. Cada persona es plenamente Dios y comparte la misma naturaleza y atributos (Gén. 1:26; Deut. 6:4; Mt. 3:16-17, 28:19).

Creemos en Dios Padre, un Espíritu infinito y personal, perfecto en santidad, sabiduría, poder y amor. Creemos que Él se preocupa misericordiosamente por los asuntos de los hombres, escucha y responde las oraciones, y salva del pecado y de la muerte a todos los que acuden a Él por medio de Jesucristo, Su Hijo. (Jn. 16:23-27; Gál. 4:4-6; Efe. 1:3, 17-23)

Creemos que Jesucristo es el Hijo eterno de Dios. Es verdadero Dios y verdadero hombre, concebido por el Espíritu Santo y nacido de la Virgen María. También creemos en su vida sin pecado, su expiación sustitutiva, su resurrección corporal de entre los muertos, su ascensión al cielo, su intercesión sacerdotal a favor del pueblo de Dios y su regreso personal, visible, pretribulacional y premilenial del cielo. (Mt. 1:18,23; Lc. 24:1-8; Jn. 1:1,14; Hch. 1:11; 2 Cor. 5:19-21; 1 Tes. 4:13-18; Heb. 4:14-16, 7:24-25; 1 Jn. 2:1; Ap. 19-20)

Creemos que el Espíritu Santo es una persona y es completamente Dios. Él regenera, bautiza en el Cuerpo de Cristo, habita en cada creyente, guía y capacita a los creyentes, y da dones a todos los creyentes para que los usen en el ministerio para que la Iglesia funcione correctamente. (Mt. 28:19; Jn. 3:5, 16:13; Hch. 1:8, 5:3-4; 1 Cor. 6:11,19, 12:4-13; Efe. 3:16; 4:11-16)

Creemos que Dios creó al hombre, varón y mujer, a su imagen y libre de pecado. Creemos además que el hombre, debido a su caída en Adán, es pecador por naturaleza y por elección y, por lo tanto, está espiritualmente muerto en sus transgresiones y pecados y necesita salvación. (Gén. 1:26, 27; 2:7-3:19; Rom. 3:23; 5:12-21; 6:23)

Creemos en la salvación por gracia únicamente a través de la fe únicamente y en el Señor Jesucristo. Creemos además que esta salvación se basa en la gracia soberana de Dios, fue comprada por Cristo en la cruz y es recibida por el hombre a través de una fe sencilla, como la de un niño, independientemente de cualquier mérito, obra o ritual humano. La salvación resulta en una vida justa y buenas obras. (Juan 1:12; 3:3-7; 5:24; Efesios 2:8-10; 1 Timoteo 2:5)

Creemos que Dios sana de enfermedades y dolencias tanto directamente como a través de Su pueblo. Creemos además que los cristianos pueden tener demonios y los tienen, y que Dios sigue librando de ellos (siendo EL PAN DE LOS NIÑOS) y que lo hace tanto de manera soberana y directa como a través de Su pueblo en el ministerio y servicio mutuo (Mr. 7:27; 16:17-19).